Imagina que tienes un juanete enorme en el pie derecho.
Te roza con todas las zapatillas. Igual no eres consciente del roce. Sería lo normal porque llevas dos décadas con el problema. Pero la tela de la zapatilla ha creado una dureza que no deberían estar ahí. Y ese dedo cada día está más torcido.
¿Solución?
Caminar descalzo te ayudaría, al menos en parte. Pero en algún momento tendrás que calzarte.
La solución que propone Vivobarefoot
Vivobarefoot, el conocido fabricante de zapatillas minimalistas ha echado el resto en un innovador proyecto. Se llama VivoBiome y funciona así:
- Escanean tus pies.
- Construyen unas zapatillas a medida.
- Destruyen las zapatillas sin dejar resíduos.
Lo mejor es que Vivobarefoot no se limitará a un único modelo, sino que pretende extender esta solución a gran parte de su catálogo.
Vamos, que podrás disfrutar de zapatillas de montaña, de vestir y de opciones para multideporte.
Las nuevas VivoBiome aún están en fase beta. Se espera que puedan comercializarse a lo largo del año.
Aquí tienes más detalles sobre VivoBiome.
Dudas razonables sobre el proyecto
Hay letra pequeña.
Primer trampa
Vivobarefoot toca la fibra sensible hablando de calzado compostable. Y claro, puedes soñar con enterrar las zapatillas en tu huerto para que allí nazcan unos lustrosos tomates de pera.
Va a ser que no.
Si lo haces tendrás tres problemas: con las zapatillas (que no compostarán), con la naturaleza (que no las deshará) y con los tomates (que no entenderán porque hay unas zapatillas enterradas a su lado).
Las nuevas zapatillas a medida de Vivobarefoot son compostables industrialmente. Se elaboraban a base de termoplásticos de base biológica. La trampa es que necesitan una planta de reciclaje para compostarse.
Mmmmmmm.
Segunda trampa
Si te hablo de zapatillas a medida elaboradas con tecnología 3D, podrías imaginar una fábrica gigantesca con pocos empleados.
Vivobarefoot lo ha tenido en cuenta.
Por eso hablan de «pequeñas fábricas locales».
Pero claro, no es lo mismo levantar una fábrica en Elche, que daría empleo a 150 personas, que abrir un local con 5 trabajadores que supervisan a las máquinas.
No es lo mismo.
Tercera trampa
¿Te van a aportar valor adicional?
Aquí está la clave.
Se me ocurren tres perfiles donde podría hacerlo:
- Un pie más largo que el otro.
- Un juanete problemático.
- Un ancho de pie estratosférico.
Incluso en este último supuesto podrías recurrir a las zapatillas más anchas del mundo como alternativa.
¿Cuánta gente obtendría ese valor adicional?
¿Un 10% de la población? ¿Un 5%?
Mmmmmm.
Trampón
El precio.
Este será el principal obstáculo. En el Reino Unido un par de estas zapatillas minimalistas a medida costará 270 libras (al cambio, 315€).
Los precios están como están. Cada vez quedan menos zapatillas minimalistas baratas, pero aún las hay.
Y yo me pregunto:
¿Este tipo de tecnología contribuye a nuestro binestar?
Vamos, que si es necesaria tanta parafernalia.
Para ti, que igual vives en España o en Latinoamérica, comprar unas zapatillas de Vivobarefoot puede suponer un esfuerzo enorme.
Hace unos años no, ahora sí.
No hablo de las nuevas zapatillas hechas a medida de 315€, me refiero a las «normales». Las zapatillas más baratas de Vivobarefoot cuestan 160€.
Un cambio revolucionario serían unas Vivobarefoot por 45€. Eso, educar a la población en su uso y crear empleos dignos.
Digo yo.
¿Estamos perdiendo el norte y la esencia con tanta tecnología? Ese es uno de los pilares del libro Vuelve al Origen. Igual con menos cosas y más conexión con el entorno arreglaríamos gran parte de los problemas.
No sé.
