Aunque parezca raro -por lo olvidados y marginados que están- los pies son la base del corredor, una base que por lo general se encuentra deformada, débil y lejos de su funcionalidad natural.
Esta semana se ha difundido en las redes sociales un interesante artículo que habla sobre los cambios estructurales en los pies después de dos años utilizando calzado minimalista. ¿Sorprendente? quizás no tanto, al menos para los que llevamos tiempo entre el barefoot y el minimalismo.
Cambios estructurales tras 2 años de calzado minimalista
El doctor Nick Campitelli, autor de este “estudio”, es un podólogo amante del running especializado en cirugía del pie y del tobillo. En los inicios Nick trataba a sus pacientes con medidas conservadoras como las conocidas plantillas ortopédicas a medida, ahora centra sus esfuerdos en reeducar a sus pacientes buscando recuperar la funcionalidad de los pies con una transición hacia el calzado mínimo.
En las siguientes radiografías podéis ver los cambios notables después de dos años utilizando calzado minimalista:

Los cambios se producen gracias a la notable ganancia de fuerza de los pies -destacando la mejora del dedo gordo-. Primero ganancia de fuerza, después cambio estructural según afirma el Dr. Nick.

Como podéis observar en las radiografías los cambios estructurales en los pies no se limitan a la importante mejora en la alineación de los dedos, también se producen otras mejoras en la alineación general (líneas rojas y blancas) y en el arco plantar y tendón de aquiles como mostró el doctor en este artículo.
Las tres claves del calzado minimalista
Todo lo comentado anteriormente no sería posible sin proporcionar a los pies la máxima libertad que favorezca la ganancia de fuerza y el cambio estructural. Podemos lograrlo descalzos o con minimalistas, las tres claves del calzado mínimo:
- Puntera ancha. La importancia de no comprimir y de favorecer la extensión para la recuperación de la fuerza y alineación en los dedos.
- Flexibilidad. Reeducar, no restringir el movimiento natural del pie en ninguna dirección.
- Suela fina. ¡Estimular! resulta esencial sentir el terreno, la suela debe proteger pero no bloquear la sensación de suelo.
¿Y después de cuatro años?
Mi experiencia después de cuatro años de minimalismo intensivo -tanto en carrera como en el día a dia- es que el cambio general es espectacular, tanto a nivel de fuerza como de alineación, no parecen los mismos pies.
Comencé a correr minimalista con muchísmos problemas de ampollas entre los dedos y con una pésima alineación (dedos apiñados, meñique girado y desplazado…).
Los resultados después de cuatros años se asemeja a lo que podéis ver en la primera imagen:
- Mejoría muy importante entre el dedo gordo y el segundo dedo con una separación llamativa.
- El segundo y el tercer dedo se han separado pero no tanto como el resto.
- Entre el tercer y cuarto dedo vuelve a aumentar significativamente la separación.
- Del cuarto dedo al meñique es donde se aprecia menos cambio, el meñique se ha desplazado cerca de lo que debería ser su lugar natural aunque en mi caso se mantiene girado (también noto mejoría en este aspecto, pero menos).
Aquí tenéis la entrada original del Dr. Nick (en inglés) con más radiografías y sus conclusiones.