Hace 10 años nadie hablaba del drop en las zapatillas de correr. Los principales fabricantes se afanaban en inventar nuevos sistemas de amortiguación. El drop era fijo, de unos 14 milímetros.
Hoy este concepto está en boca de todo corredor que se precie. Ahora lo importante no es la amortiguación, es el drop.
¿Tiene fundamento? En el capítulo 7 del libro Vuelve al Origen hablo de la importancia de los pies, de cómo olvidarte de ellos puede hacerte peor corredor y tener una pobre salud.
El drop es la diferencia entre el grosor de la suela trasera y delantera. Un valor que suele ir desde 0 a 14 milímetros (aunque hay excepciones) y que se utiliza principalmente en el mundo del running.
Nacimos descalzos, ¿verdad?
Elevar el talón, añadir un exceso de protección o limitar el movimiento del pie puede ser una buena herramienta temporal, por ejemplo para corregir una disfunción o abordar una lesión, pero utilizar esas herramientas de forma sistemática va contra natura.
Según la lógica evolutiva, y hasta que se demuestre lo contrario, la ausencia de calzado o la mínima expresión de este (drop 0) es la opción ideal, pero, ¿qué dicen los estudios científicos?
Estos hallazgos sugieren que el drop no es un factor determinante en la técnica de carrera ni en la tasa de lesiones. Tampoco en el rendimiento.
¿Las marcas nos han vendido la moto?
El drop es solo una parte de la ecuación. La postura de La Clínica del Corredor, líderes en prevención de lesiones, me encanta por su sencillez y practicidad.
No mires el drop de la zapatilla, fíjate en su perfil general y hazte las siguientes preguntas.
Si has tenido poco o nulo contacto con el calzado amortiguado de running lo mejor es que apuestas directamente por zapatillas minimalistas puras (drop 0). Correrás mejor. Sin los vicios que promueve el calzado amortiguado con mucho drop.
Sigue con tu calzado habitual. No deberías variar el drop ni la cantidad de amortiguación. Lo que funciona es mejor no tocarlo. Tu cuerpo está adaptado a esas zapatillas, si las cambias por otro tipo el riesgo de lesión aumentará.
Cuando surgen lesiones repetidas el cambio hacia el minimalismo es la mejor opción. Sobre todo con los típicos problemas en rodillas, caderas o espalda.
La excepción al uso de calzado minimalista son las lesiones recientes en pies, gemelos y tendón de aquiles. En estos casos conviene utilizar calzado amortiguado, pero siempre como medida temporal, una vez aliviados los síntomas deberías volver a introducir el calzado sencillo progresivamente.
Lo más importante es hacer una fase de transición lenta y pautada. Aquí te explico cómo pasarte al minimalismo paso a paso.
Un caso especial son aquellos corredores que, sin tener lesiones, quieren mejorar su rendimiento. Una buena forma de hacerlo es reducir la masa de las zapatillas, simplificarlas. Correrás más ligero y con mejor técnica.
Tu mejor opción es el calzado de transición. El minimalista exigiría un mayor tiempo de adaptación y conllevaría asociada una pérdida de forma.
Drop 0, cero o zero. Llámalo como quieras pero aquí no hay duda. Los más pequeños solo deberían utilizar calzado minimalista infantil.
El drop de la zapatilla es un factor sobrevalorado. No debería preocuparte en exceso como corredor y no debería centrar la decisión de compra de unas zapatillas.
La cantidad de amortiguación, los sistemas correctores de la pisada, la flexibilidad o el peso de la zapatilla influyen más en tu forma de moverte, en el rendimiento y en el riesgo de lesión.
Utiliza el índice minimalista como referencia, en todas las zapatillas de nuestra web lo encontrarás.
Leyendo esto ahorrarás tiempo y dinero.
Muchas gracias por el articulo, muy intersante.
Me alegro que te haya gustado Xavi.
Un saludo